Por.- Laura Viadas
… DEL CINE A LA PALABRA, QUIEN EN MEXICO SE ENCARGARA DE HACERNOS PARTE DE LAS CARTELERAS …
En el Universo de la oferta de los espectáculos y la cultura están los creadores como el primer eslabón y como el broche de cierre, están todos aquellos que dedican la obsesión a la información, sin estos, por maravilloso que fuese un espectáculo, el publico ni siquiera se enteraría; ahí es donde nuestro país perdió un elemento básico en la estructura: Crítico, analista, comentarista, escritor y catedrático; Gustavo Adolfo García Gutiérrez.
A las 7:30 de la mañana, del Miércoles 7 de noviembre de 2013 finalmente la energía vital de Gustavo no pudo continuar en su cuerpo.
Seis meses de desgaste físico, de intensos dolores y de intervenciones quirúrgicas cobraron la cuota de algo que empezó como un malestar estomacal y se complicó por bacterias indomables.
Para algunos de nosotros el corte al día nos permitió saber cada informe médico; un carrusel de emociones en el que estaban subidos tanto Gustavo tendido en la cama como su amorosa esposa y su maravilloso hijito.
Algunas veces, en un mismo día el colectivo estábamos en júbilo esperanzado, al otro momento empezaba nuevamente la zozobra; y así… el tránsito deseando lo mejor, temiendo lo peor..
Vía Twter, mail, Facabook, pero sobre todo por WhatsAap, Claudia – gran productora, compañera de vida de Gustavo-, nos mantuvo al tanto; y nosotros, el hibrido colectivo -cada quien a su usanza- intentábamos ser parte de la red de soporte anímica.
Éramos muchísimos, la familia directa claro, pero también, en esas conmovedoras sesiones estaban personalidades como la divina Talina Fernández que siempre que escribió fue para hacernos sentir a todos la importancia de la presencia en esos momentos.
Lo mismo que los múltiples compañeros de oficio y amigos; prueba clara de una historia de vida pues además de su compromiso con el cine y la cultura de nuestro país, Gustavo era sencillamente un “tipazo”.
Alumnos, colegas, amigos, familiares; todos con una anécdota, una estampa de recuerdo.
Como
pocos, Gustavo no tenía que hacer esfuerzo ni usar una pose por granjearse la
simpatía de nadie: Por naturaleza era alguien cuya sonrisa sabias era natural y
cuya actitud era francamente disfrutable; ya fuera que hablara de su pasión por
el séptimo arte o de su fascinación por su mujer y el pequeño Ángel, su hijo.“El es mi superhéroe” escribió Claudia que le dijo Angelito sobre su papá, hace apenas unas semanas, y si, claro, sólo un superhéroe puede aguantar tanta adversidad y despertar disimulando el dolorido letargo, para sonreír y preguntar: “¿Cómo va todo, allá afuera?”
Un superhéroe que ante el agotamiento del cuerpo, después de salir de una inconsciencia -inducida médicamente para no forzar al corazón ni al cerebro-, con su esposa sentada a un lado, abrazando a su hijo, leía el Principito.
Hoy, a poco más de 24 horas de conocerse la noticia regresaba yo en un taxi y dio la casualidad de que un noticiero mencionaba la muerte del gran critico de cine; el maestro Gustavo García. El operador de la unidad me preguntó si sabia quién era del que hablaban; y añadió que le llamaba la atención que dese ayer en distintos espacios había escuchado comentarios.
Me preguntó que si había sido, realmente, tan importante.
Por unos instantes guardé silencio pensando en los boletines de prensa, de CONACULTA, de IMCINE; las notas en los periódicos, las voces en la radio…
“Sí –le dije-, Gustavo García era muy importante, muy reconocido en su área, su manera de ser critico de cine; irreverentemente versado en el tema al tiempo que carismático y enfático fueron las cualidades que lo convirtieron en un hombre respetado en el oficio periodístico mientras que su forma de impartir cátedra, lo mantendrá siempre en la memoria de sus estudiantes”
Esa fue mi primera respuesta, hice un a pausa y mirando a los ojos que me seguían por el retrovisor, continué:
“Pero sabe, sobre todo, Gustavo García era, un buen hombre, un ser humano para recordar: para quien lo vio dar una conferencia, que lo conoció aunque fuera para pedirle un autógrafo en alguno de sus muchos libros, o que le escuchó en su programa de Radio Red los Sábados…,… Gustavo sabia ser quien era, era pleno desarrollándose en donde estaba; Gustavo era alguien que era feliz y lo proyectaba”
Pero después de otra pausa, pensé en Claudia –la digna compañera de un superheroe- y en Ángel –el joven heredero-; esos dos seres que hacían la perfecta amalgama con Gustavo.
Pensé –y le dije a mi interlocutor-, que sólo esperaba que la profunda ternura y la firmeza del noble carácter de ella – cualidades que tenían perdido de amor a Gustavo-, no se quebrantaran…
Lo que ya no le dije a mi taxista –y es que llegué a casa-, pero que escribo ahora, para que algún día Angelito lo pueda leer, es que lamento profundamente que Gustavo no podrá estar para acompañarlo a crecer, me duele porque para muchos de nosotros esa familia maravillosa era incluso la mejor forma de creer que alguien podía lograr un sueño de ese tipo; y aunque ya no esté, esa familia existe desde un nicho de certezas.
… Y aun cuando la presencia de su papa no será material, Angelito debe saber, que por el resto de su propia vida, tiene que guardarse ese tesoro que es el recuerdo, que irá siempre acompañado de la frase “ah!, eres hijo del gran critico de cine”. Que ese adorado niño, nunca olvide que su papá fue el superheroe, -que con una superheroína-, hasta el ultimo instante, fue un “súper” ser humano.
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Crítico, analista, comentarista, escritor y catedrático
Nacido en Chiapas, Gustavo Adolfo García Gutiérrez.
Durante 16 años, en punto del medio día de los Sábados Gustavo García con su programa CIENMA RED, se encargaba de contagiarnos las ganas de ir al cine, de ver películas buenas, malas o regulares; pero verlas y disfrutar de compartir con él la experiencia.
Un hombre muy culto, de amenos puntos de vista en cuanto a los espectáculos y con un estilo resultado de muchos años en el oficio, una personalidad de conocimiento y anécdotas.
Periodista, Crítico de cine e
historiador
Licenciado
en Periodismo y Comunicación Colectiva por la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la UNAM
Fundador
y Director de la Revista de Cine “Intolerancia”
Conductor
de radio, columnista en prensa escrita y comentarista de televisión.
Maestro de cronistas:
Durante 15 años profesor de cine en la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Profesor de Historia del cine
mexicano en el Centro universitario de Estudios Cinematográficos también de la
UNAM y profesor de Géneros periodísticos, guión de radio e Historia del cine mexicano
en la carrera de Comunicación Social en la Universidad Autónoma Metropolitana
-Xochimilco
Autor de:
El cine
mudo mexicano en el ‘83
La década
perdida /El cine mexicano de los cincuenta en el ‘85
No me
parezco a nadie, La vida de Pedro Infante en
‘95
Pedro
Armendáriz en ‘96, Editorial Clío.
“La época de oro” y Nuevo cine mexicano en
‘97
Y tras dos
años de investigación y redacción,
“Al son de
la marimba. Chiapas en el cine”, 2010...
( Editado por
la Dirección de Cinematografía del Sistema Chiapaneco de Radio, Televisión y
Cinematografía, Conaculta y la Cineteca Nacional)
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