A dos de tres caídas, sin limite de pena,
En la absoluta capacidad pecaminosa,
Sin dejar aflorar las maneras que conmueven,
Jugando a ser parte de la vida, ajustando justo unos segundos:
Antes de enloquecer por la necedad…de esta necesidad de añoranza...Tengo una amiga, una muy querida amiga a quien le debo mucho mas que el acompañarme en momentos en que ni yo misma quería estar cerca de mi...
Es sin duda una de las mejores personas que he podido encontrarme y ya que gran parte de nuestra relación la basamos en comentar información la una sobre la otra, llevo desde el pasado Domingo pensando como decirle algo que pueda reconfortarla ante la ausencia de alguien a quien ama...
Por eso, mientras reciclaba mis propias dolencias leyendo algunos de mis textos en la madrugada de ayer encontré este pequeño fragmento de agonía y decidí que se lo dedicaría...
No es necesario poner su nombre, pero por si lo necesitas querida flaca, puedo añadir que la foto la tomaste en la hermosa isla de Cuba...
Sea pues, en cumplimiento de lo que mi padre espiritual me dijo alguna vez: “Cuando cierres los ojos y empieces a orar, pide la misma luz para ti y para otros muchos. Te preguntarás si ellos se enteran; no importa, porque un día, cuando tu lo necesites, alguien, aunque no lo sepas, estará dedicándote un pensamiento para darte fuerza; y lo podrás notar”
Con ese decreto, estas letras son para ella, y claro, para quienes igualmente pasan madrugadas dando vueltas desconcertadas dentro de si mismos:
“Ya nada es igual, las cosas no tienen el mismo sabor;
En ningún sentido...
No hay sorpresa en la mirada que se pasea entre las paredes de la habitación,
Entre los muros de mi memoria...
No hay pensamientos de grandeza mal acunada
Ni excesos de angustia que se reflejen por todo aquello que pudo ser...,y no fue
Yo, un yo un tanto neurótico, un yo aprehensivo y descuidado que cada vez que pasa por un puente del destino, decide que no es importante tomar las medidas de seguridad: longitud, profundidad, anchura...
Pero después la venganza precisa, tortuosa de tan altiva: siempre esa obsesión por tomarle el pulso a cada uno de los recuerdos,,,
Y después, sólo hay dos versiones: la de la nostalgia trágicamente disfrazada o la sensibilidad entre las patadas de un ánimo desencantado...
... Tengo una extraña tendencia a convertirme en rehén de mis emociones,
¡ Que barbaridad, más de media vida para poder aceptarlo!
De pasos a resbalones; muchos sentidos de urgencia,
... y una vida valorada en el peso de mis reacciones...
A veces la existencia es como cuando quieres dormir y no puedes:
Das vuelta sobre tu propio eje
Como si este pudiera decidir en que fracción de ti misma está la paz interior...
Es como dormir sin sueño:
Preguntándote ¿qué se siente realmente cuando se duerme?
Cuando te encuentras preguntándote ¿cómo se sentirá cuando vas a despertar?
Y como no lo recuerdas, como no hay respuestas ni para eso ni para porque el amor “con” alguien termina siendo solo el amor “por” alguien...,...
entonces empiezas a preocuparte por que si te detienes a analizarlo te sorprende la certeza de que algo ya no funciona muy bien en tu mecanismo de sobrevivencia...
... Pero debe funcionar, seguro que sí pues estoy aquí, como no queriendo estar más; siempre, esperando “no sé qué, que qué sé yo”, un vacio que me doy cuenta que no tiene nombre, ni tiene forma...;
y por ello, en el estar, por puro instinto, todo indica que hay que darle cuerpo y definición... para en la confusión; continuar”
